¿Para qué valdría la pasión (acharnement) de saber, si sólo asegurara la adquisición de conocimientos y no de alguna manera –y tanto como se pueda– el extravío de aquel que conoce? Hay momentos en la vida en que el problema de saber si uno puede pensar de manera distinta a como piensa y percibir de otra manera que como ve es indispensable para continuar mirando o re-flexionado. (...) Pero, ¿qué es la filosofía en la actualidad –quiero decir la actividad filosófica– si no es un trabajo crítico del pensamiento sobre sí mismo, y si no consiste, en lugar de legitimar lo que ya se sabe, en emprender la tarea de saber cómo y hasta dónde sería posible pensar de otra manera?”

El uso de los placeres.
Michel Foucault.

martes, 5 de junio de 2018

Leer.

Creo que deberíamos leer solo la clase de libros que nos hieren o apuñalan. Si el que estamos leyendo no nos despierta con un mazazo a la cabeza, ¿para qué lo leemos? ¿Para que nos haga felices, como dices tú? Por Dios, todos seríamos felices aun si no hubiera libros, y la clase de libros que nos hacen felices son esos que podríamos escribir nosotros mismos si tuviéramos que hacerlo. 

Pero necesitamos libros que nos afecten como un desastre, que nos pesen profundamente, como la muerte de alguien a quien amábamos más que a nosotros, como el exilio a un bosque apartado de todos, como un suicidio. Un libro debe ser el hacha para el mar congelado en nosotros. Eso es lo que creo.
Carta de Franz Kafka a Oskar Pollak 1904.

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