¿Para qué valdría la pasión (acharnement) de saber, si sólo asegurara la adquisición de conocimientos y no de alguna manera –y tanto como se pueda– el extravío de aquel que conoce? Hay momentos en la vida en que el problema de saber si uno puede pensar de manera distinta a como piensa y percibir de otra manera que como ve es indispensable para continuar mirando o re-flexionado. (...) Pero, ¿qué es la filosofía en la actualidad –quiero decir la actividad filosófica– si no es un trabajo crítico del pensamiento sobre sí mismo, y si no consiste, en lugar de legitimar lo que ya se sabe, en emprender la tarea de saber cómo y hasta dónde sería posible pensar de otra manera?”

El uso de los placeres.
Michel Foucault.

jueves, 17 de agosto de 2017

La irrealidad del realismo.

Traduzco un fragmento de un artículo de Struthers Burt sobre la irrealidad del realismo. «¿Existe eso como realismo en la escritura, o en otra especie de arte, y el realismo en el arte es posible? ¿No será la palabra “realismo” en sí misma una contradicción cuando se aplica a cualquier forma de arte, cualquier forma de expresión humana consciente y controlada? Puede decirse también que esa palabra está en contradicción cuando se aplica en realidad a la supuesta descripción de hechos en una columna periodística o en un reportaje.

¿Qué es arte? ¿Será la expresión humana consciente, controlada y dirigida en todas sus miradas de manifestaciones, en alto nivel o en bajo, en movimiento o detenido, con o sin valor, permanente o efímero? ¿Qué es el realismo?».  



«Ésta es una gran pregunta, porque lo que estamos preguntando es qué es la vida. Y habiéndolo decidido -lo que no logramos- estamos haciéndonos a nosotros mismos una pregunta igualmente grande. ¿Cuál es la relación entre el arte y la vida? ¿Cuál es la conexión?, ¿el cordón umbilical? ¿Y por qué el arte salta de la vida? ¿Y casi al mismo tiempo? ¿E inevitablemente? Porque nada está más claro, o más probado por la Historia y por la Antropología, que el hombre, apenas comienza a serlo, exhibe la urgencia de expresarse artísticamente. No estaba satisfecho con la forma de las cosas como eran, y comenzaba a moldearlas crudamente. Después de un tiempo -en el comparativamente pequeño espacio de algunas centenas o millares o millones de años- se hizo bastante bueno, comenzó a pintar en paredes, a excavar intrincados diseños en huesos».
 
En Descubrimientos, de Clarice Lispector.

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