¿Para qué valdría la pasión (acharnement) de saber, si sólo asegurara la adquisición de conocimientos y no de alguna manera –y tanto como se pueda– el extravío de aquel que conoce? Hay momentos en la vida en que el problema de saber si uno puede pensar de manera distinta a como piensa y percibir de otra manera que como ve es indispensable para continuar mirando o re-flexionado. (...) Pero, ¿qué es la filosofía en la actualidad –quiero decir la actividad filosófica– si no es un trabajo crítico del pensamiento sobre sí mismo, y si no consiste, en lugar de legitimar lo que ya se sabe, en emprender la tarea de saber cómo y hasta dónde sería posible pensar de otra manera?”

El uso de los placeres.
Michel Foucault.

miércoles, 20 de diciembre de 2017

Otro adiós sin Dios.

¿Cómo fue la bala?
¿Dónde estaba el cielo?
¿Qué montaña ya no pudo más besar tu pelo?
¿Dónde estaba Dios?
¿Dónde estaban todas las naranjas?
¿Dónde estaba yo cuando esa bala te dio, te dio?
¿Dónde estaba Dios?
Otro, otro, otro adiós sin Dios.















¿Qué tan azul era el azul?
¿La sangre sangra o lanza luz?
¿Te dio en el pecho?
¿Te dio en la espalda?
¿Tuviste almohada?
¿Tuviste calma?

¿Cómo es la bala al penetrar
es chueca, mancha, da qué hablar,
es cariñosa, es irritante, es muy miedosa,
es elegante o fue tu amiga y fue tajante?

¿Cómo es dejar de respirar,
frente a un señor que viste un pobre
un triste cuerpo militar,
un soldadito sin destino, un empleadito:
un argentino?

¿Qué tan azul era el azul?
Tu sangre hoy lanza pura luz.
¿Te dio en el pecho?
¿Te dio en la espalda?
¿Tuviste almohada?
Tuviste calma.

Liliana Felipe.
(para mi hermana Ester, fusilada en el campo de concentración La Perla en 1978, Córdoba, Argentina)

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