Syd
Barrett nunca necesitó un disco para contar un relato complejo, para
navegar por una narración conceptual. Su
manejo del lenguaje, de cada palabra de forma individual, le ha
permitido ser un artista de culto tanto por lo que hizo en solitario,
como por lo que hizo en Pink Floyd. Tanto por sus hipnóticas
melodías como por sus hechizantes letras.
Fue el corredor más rápido, porque su magia radicaba en la
velocidad, en la brevedad, no en la imposición de un punto de vista.
Él huyó del orden. Quiso que cada oyente hiciera suya cada canción,
cada escena, cada sentimiento."De todo lo escrito yo amo sólo aquello que alguien escribe con su sangre. Escribe tú con sangre: y te darás cuenta de que la sangre es espíritu."
“¿Para qué valdría la pasión (acharnement) de saber, si sólo asegurara la adquisición de conocimientos y no de alguna manera –y tanto como se pueda– el extravío de aquel que conoce? Hay momentos en la vida en que el problema de saber si uno puede pensar de manera distinta a como piensa y percibir de otra manera que como ve es indispensable para continuar mirando o re-flexionado. (...) Pero, ¿qué es la filosofía en la actualidad –quiero decir la actividad filosófica– si no es un trabajo crítico del pensamiento sobre sí mismo, y si no consiste, en lugar de legitimar lo que ya se sabe, en emprender la tarea de saber cómo y hasta dónde sería posible pensar de otra manera?”
El uso de los placeres.
Michel Foucault.
viernes, 28 de julio de 2017
Syd Barrett, el último romántico inglés.
Syd
Barrett nunca necesitó un disco para contar un relato complejo, para
navegar por una narración conceptual. Su
manejo del lenguaje, de cada palabra de forma individual, le ha
permitido ser un artista de culto tanto por lo que hizo en solitario,
como por lo que hizo en Pink Floyd. Tanto por sus hipnóticas
melodías como por sus hechizantes letras.
Fue el corredor más rápido, porque su magia radicaba en la
velocidad, en la brevedad, no en la imposición de un punto de vista.
Él huyó del orden. Quiso que cada oyente hiciera suya cada canción,
cada escena, cada sentimiento.jueves, 27 de julio de 2017
VI
martes, 25 de julio de 2017
Simulacros.
lunes, 24 de julio de 2017
Pastiches y parodias.
viernes, 21 de julio de 2017
El árbol de Eva.
Una voz femenina lo despertó: «Me gusta todo lo que me has contado, me gusta todo lo que inventas, no tengo nada que añadir. Salvo, quizá, lo del ombligo. Para ti el modelo de mujer sin ombligo es un ángel. Para mí, es Eva, la primera mujer. No nació de vientre alguno, y sí de un capricho, de un capricho del creador. De ella, de su vulva, de la vulva de una mujer sin ombligo, es de donde procede el primer cordón umbilical.
Para cantarte, dolor.
miércoles, 19 de julio de 2017
El ascenso de la insignificancia. Fragmento de entrevista a Cornelius Castoriadis.
La marginalidad se vuelve algo reivindicado y central; la subversión es una curiosidad interesante que completa la armonía del sistema. La sociedad contemporánea tiene una capacidad terrible para sofocar cualquier divergencia verdadera, ya sea callándola o convirtiéndola en un fenómeno entre otros, comercializado como los otros. Podemos detallar aún más. Los propios críticos traicionan su papel de críticos; los autores traicionan su responsabilidad y su rigor, y existe la vasta complicidad del público, que no es inocente en este asunto, pues acepta el juego y se adapta a lo que se le da. El conjunto es instrumentalizado, utilizado por un sistema anónimo a su vez. Todo esto no es el acto de un dictador, de un puñado de grandes capitalistas o de un grupo de creadores de opinión; es una inmensa corriente social-histórica que va en esa dirección y hace que todo se vuelva insignificante.
Chomsky en Montevideo.
Por otro lado, y junto a este proceso, Chomsky denunció el poder de las grandes corporaciones, que apuntan sus baterías a minar el poder regulatorio de los estados. “Debilitar la democracia es un fin de los programas neoliberales. La concentración del poder económico tiene como efecto natural el debilitamiento de la democracia”, concluyó.
Moreira
le preguntó a Chomsky qué lugar considera que ocupa América Latina
en la lucha por la “supervivencia global”. El pensador evaluó
positivamente algunas acciones tomadas por los gobiernos
progresistas, por ejemplo, liberarse de la égida del Fondo Monetario
Internacional (FMI), implementar políticas de reducción de la
pobreza, de consagración de derechos civiles, de mejora en las
oportunidades de educación. Mencionó especialmente los “esfuerzos”
del ex presidente Lula da Silva, en Brasil, por “cambiar el orden
internacional” y “dar voz al sur global”, a partir de la
constitución de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica).
Fueron cambios “muy significativos”, valoró, pero agregó que
“lamentablemente” la izquierda no supo lidiar con dos problemas
centrales.
En primer lugar, Chomsky puntualizó que los acuerdos de libre comercio no son tales, sino que son más bien “acuerdos de beneficios para los inversores”. “A veces ni siquiera tienen relación con el comercio”, sino que “son acuerdos que buscan proteger los derechos del poder privado”, consideró. Alertó que este tipo de acuerdos consagran derechos de propiedad intelectual a un nivel sin precedentes. “Si hubieran existido en el siglo XIX, Estados Unidos habría sido un país del tercer mundo”, sentenció. Otro peligro de este tipo de acuerdos es que da a los inversores “el derecho de demandar a los gobiernos” por establecer regulaciones “que puedan afectar sus beneficios futuros”, acotó.








