¿Para qué valdría la pasión (acharnement) de saber, si sólo asegurara la adquisición de conocimientos y no de alguna manera –y tanto como se pueda– el extravío de aquel que conoce? Hay momentos en la vida en que el problema de saber si uno puede pensar de manera distinta a como piensa y percibir de otra manera que como ve es indispensable para continuar mirando o re-flexionado. (...) Pero, ¿qué es la filosofía en la actualidad –quiero decir la actividad filosófica– si no es un trabajo crítico del pensamiento sobre sí mismo, y si no consiste, en lugar de legitimar lo que ya se sabe, en emprender la tarea de saber cómo y hasta dónde sería posible pensar de otra manera?”

El uso de los placeres.
Michel Foucault.

jueves, 7 de marzo de 2019

A mil besos de profundidad.

Viniste a verme esta mañana
y me trataste como si fuera carne.
Hay que ser un hombre para saber
lo bueno y dulce que es eso.
Mi doble en el espejo, mi pariente más cercano,
te conocería hasta durmiendo.
¿Y quién sino tú podría llevarme
a mil besos de profundidad?

Te amé cuando te abriste
como una azucena al calor.
Yo sólo soy otro muñeco de nieve
bajo la lluvia y la cellisca,
que te amó con su amor helado
y su físico de segunda mano.
Con todo lo que es y todo lo que fue
a mil besos de profundidad.




Sé que tenías que mentirme.
Sé que tenías que engañarme.
Posar con todo el ardor y la altivez
tras los velos de la pura falsedad.
Nuestro perfecto porno aristócrata,
tan elegante y barato.
Soy viejo pero aún me gusta
a mil besos de profundidad.

Aún funciono con vino.
Aún bailo mejilla con mejilla.
La banda está tocando Auld Lang Syne.
El corazón no piensa retirarse.
Hice una carrera con Diz y Danté.
Aunque nunca tuve su fondo,
pero una o dos veces me dejaron tocar
a mil besos de profundidad.

El otoño se coló en tu piel,
algo me ha entrado en el ojo.
Una luz que no necesita vivir,
ni necesita morir,
un enigma en el libro del amor,
oscuro y obsoleto.
Hasta que con el tiempo y la sangre lo vea
a mil besos de profundidad.


Soy bueno con el amor, soy bueno con el odio,
es en medio donde me quedo paralizado.
He estado preparándome pero es demasiado tarde.
Hace años que es demasiado tarde.
Pero tú estás muy bella, de verdad.
El orgullo de Boogie Street.
Alguien debe de haber muerto por ti
a mil besos de profundidad.

Te amé cuando te abriste
como una azucena al calor.
Yo sólo soy otro muñeco de nieve
bajo la lluvia y la cellisca.
Pero ahora no necesitas oírme
y cada palabra que diga
sólo irá en contra mía
a mil besos de profundidad.


Los potros corren, las chicas son jóvenes.
Las apuestas están para batirlas.
Ganas un poco y ya está.
Tu pequeña racha de suerte
y emplazado a enfrentarte
con tu invencible derrota.
Vives tu vida como si fuera real
a mil besos de profundidad.

Hago la calle, me estoy pinchando.
He vuelto a Boggie Street.
La cosa se te escapa y caes
en la Obra Maestra.
Y quizá aún tuviera kilómetros que recorrer
y promesas que guardar.
Lo dejas todo para seguir vivo
a mil besos de profundidad.

Y a veces cuando la noche es lenta,
los miserables y los mansos
recogemos nuestros corazones y vamos
a mil besos de profundidad.

Confinados al sexo, nos apretamos contra
los límites del mar.
Entonces vi que no quedaban océanos
para carroñeros como yo.
Alcancé la cubierta de proa
y bendije al resto de la flota
consintiendo naufragar
a mil besos de profundidad.

Hago la calle, me estoy pinchando.
He vuelto a Boggie Street.
No creo que te cambien los regalos
que tendrías que haber guardado.
Tu recuerdo es fragante.
Tu ficha está completa.
A excepción de lo que olvidamos hacer
a mil besos de profundidad.


Y a veces cuando la noche es lenta
los miserables y los mansos
recogemos nuestros corazones y vamos
a mil besos de profundidad.

                                                                Leonard Cohen.

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