¿Para qué valdría la pasión (acharnement) de saber, si sólo asegurara la adquisición de conocimientos y no de alguna manera –y tanto como se pueda– el extravío de aquel que conoce? Hay momentos en la vida en que el problema de saber si uno puede pensar de manera distinta a como piensa y percibir de otra manera que como ve es indispensable para continuar mirando o re-flexionado. (...) Pero, ¿qué es la filosofía en la actualidad –quiero decir la actividad filosófica– si no es un trabajo crítico del pensamiento sobre sí mismo, y si no consiste, en lugar de legitimar lo que ya se sabe, en emprender la tarea de saber cómo y hasta dónde sería posible pensar de otra manera?”

El uso de los placeres.
Michel Foucault.

viernes, 16 de febrero de 2018

Soledad.

Seis metros cúbicos de aire.
Un colchón para dormir.
Tal vez un libro en el estante
y el retrato de alguien que no ha de venir.
Eso eres tú, soledad,
cuando estoy yo en el centro.

Pero… ¿Qué harás, soledad,
cuando yo, simplemente
siguiendo la metamorfosis natural,
me haya convertido en nada?
¿Qué será de ti, soledad?
¿Qué harás cuando te quedes sola?














¿Qué harás cuando tus palabras,
cuchillos de mil hojas
para las fibras sensibles de un alma,
lancen tajos de silencio a la nada?
¿Qué harás cuando grites al mundo
y tu mundo sea un cuarto vacío?

Qué pena me das, soledad.
Soledad de apenas
seis metros cúbicos de aire.
Un colchón para dormir.
Un libro ya leído en el estante.
Y en la pared el retrato
de alguien que acaba de partir.

¿Quién te hará compañía, soledad?
¿Quién beberá tus verdes lágrimas?
Cuán sola estarás entonces, soledad,
sobre tu cama amortajada.
Porque desaparecido yo, soledad,
tú te convertirás en nada.
                                                                 Helenio Campos Ocaña.


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