¿Para qué valdría la pasión (acharnement) de saber, si sólo asegurara la adquisición de conocimientos y no de alguna manera –y tanto como se pueda– el extravío de aquel que conoce? Hay momentos en la vida en que el problema de saber si uno puede pensar de manera distinta a como piensa y percibir de otra manera que como ve es indispensable para continuar mirando o re-flexionado. (...) Pero, ¿qué es la filosofía en la actualidad –quiero decir la actividad filosófica– si no es un trabajo crítico del pensamiento sobre sí mismo, y si no consiste, en lugar de legitimar lo que ya se sabe, en emprender la tarea de saber cómo y hasta dónde sería posible pensar de otra manera?”

El uso de los placeres.
Michel Foucault.

lunes, 20 de marzo de 2017

Byung-Chul Han: La sociedad porno.

La transparencia no es el medio de lo bello. Según Benjamin, para la belleza es ineludible un acoplamiento indisoluble entre encubrimiento y encubierto: «Pues lo bello no es ni la envoltura ni el objeto encubierto, sino el objeto en su velo. Desvelado se mostraría infinitamente insignificante. [...]. 


En efecto, no ha de caracterizarse de otra manera el objeto al que en definitiva le falta el velo. Puesto que solo lo bello y nada fuera de esto puede ser esencialmente encubridor y velado, en el misterio está el fundamento divino del ser de la belleza».44

La belleza no puede desembozarse porque está ligada de manera obligada al velo y al encubrimiento. Lo encubierto solo permanece igual a sí mismo bajo el encubrimiento. El desvelamiento hace desaparecer lo encubierto. Así, no hay ninguna belleza desnuda: «En la desnudez sin velos se ha esfumado lo esencialmente bello, y en el cuerpo desnudo del hombre se ha logrado un ser por encima de toda belleza, a saber, lo sublime, una obra que está por encima de todas las imágenes, el ser del creador».45

Solo una forma o una imagen pueden ser bellas. En cambio, es sublime la desnudez sin forma ni imagen, que ya no lleva inherente el misterio como constitutivo de la belleza. Lo sublime va más allá de lo bello. Pero la desnudez peculiar de la criatura es cualquier cosa menos pornográfica. Es precisamente sublime y apunta a la obra del creador. También para Kant un objeto es sublime cuando supera toda representación, toda imagen. Lo sublime va más allá de la imaginación.


En la tradición cristiana, la desnudez lleva una «imborrable signatura teológica».46 De acuerdo con esa tradición, Adán y Eva antes del pecado no estaban desnudos, pues los cubría un «vestido de la gracia», un «vestido de luz».47 El pecado los despojó de su vestido divino. Al hallarse totalmente desnudos, se vieron forzados a cubrirse. Según esto, la desnudez significa la pérdida del vestido de la gracia. (...)

En La sociedad de la transparencia, de Byung-Chul Han.

44. W. Bejamin, «Goethes Wahlverwanschaften», Gesammelte Schriften, tomo 1.1, Frankfurt del Meno, 1974 (trad. cast. Las afinidades electivas de Goethe, Madrid, Abada, 2008), p. 195.
45. Ibíd., p. 196.
46. G. Agamben, Nackheiten, Frankfurt del Meno, 2010 (trad. cast. Desnudez, Barcelona, Anagrama, 2011), p. 97.
47. Ibíd., p. 98.

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