La
psicopolítica neoliberal encuentra siempre formas más refinadas de
explotación. Numerosos seminarios y talleres de management
personal e inteligencia emocional, así como jornadas de coaching
empresarial y liderazgo prometen una optimización personal y el
incremento de la eficiencia sin límite. Todos están controlados por
la técnica de dominación neoliberal, cuyo fin no solo es explotar
el tiempo de trabajo, sino también a toda la persona, la atención
total, incluso la vida misma. Descubre al hombre
y lo convierte en objeto de explotación.
El
imperativo neoliberal de la optimización personal sirve únicamente
para el funcionamiento perfecto dentro del sistema. Bloqueos,
debilidades y errores tienen que ser eliminados terapéuticamente
con el fin de incrementar la eficiencia y el rendimiento. Todo se
hace comparable y mensurable, y se somete a la lógica del mercado.
En ningún caso el cuidado de la vida buena impulsa a la optimización
personal. Su necesidad es solo el resultado de coacciones sistémicas,
de la lógica del cuantificable éxito mercantil.
La
época de la soberanía es la época de la absorción como retirada y
sustracción de bienes y servicios. El poder de la soberanía se
manifiesta como derecho de disponer y tomar. La sociedad
disciplinaria, por el contrario, presupone la producción. Es la
época de una activa creación industrial de valor. La época de la
creación de valor real ha pasado. En el capitalismo financiero
actual, los valores llegan incluso a ser eliminados. El régimen
neoliberal introduce la época del agotamiento. Ahora se explota la
psiche. De ahí que enfermedades como la depresión y el síndrome de
burnout
acompañen a esta nueva época.
La
fórmula mágica de la literatura de autoayuda norteamericana es la
curación. Designa la optimización personal que ha de eliminar
terapéuticamente
toda debilidad funcional, todo bloqueo mental. La permanente
optimización personal, que coincide totalmente con la optimización
del sistema, es destructiva. Conduce a un colapso
mental. La
optimización personal se muestra como la autoexplotación
total.
La
ideología neoliberal de la optimización personal desarrolla
caracteres religiosos, incluso fanáticos. Representa una nueva forma
de subjetivación. El trabajo sin fin en el propio yo se asemeja a la
introspección y al examen protestantes, que representa a su vez una
técnica de subjetivación y dominación. En lugar de buscar pecados
se buscan pensamientos negativos. El yo lucha consigo mismo como con
un enemigo. Los predicadores evangélicos actúan hoy como mánagers
y entrenadores motivacionales, y predican el nuevo evangelio del
rendimiento y la optimización sin límite.
En
Psicopolítica,
de Byung-Chul Han.
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